Los viaductos son una de las obras de ingeniería más importantes de una línea de ferrocarril. Suelen ser puntos de gran atracción por su singularidad y vistosidad, y con frecuencia representan lugares icónicos de un determinado ferrocarril.
En esta entrada te mostramos un paso a paso para contruir un viaducto de piedra de doble vía, inspirado en el Viaducto de Celada, del Ferrocarril Santander-Alar del Rey, aunque con una visible simplificación (solos dos arcos) para adecuarlo a nuestro trazado. Este tipo de viaductos de piedra suelen ser muy similares de unas líneas a otras, con lo que su adaptación a cualquier maqueta de ferrocarril es muy sencilla.
La construcción se ha realizado partiendo de cero, lo que en modelismo se denomina scrachtbuilding o construcción integral. El material principal es el poliestireno extrusionado (las típicas planchas de aislamiento que se encuentran en almacenes de construcción). Se trata de un material muy fácil de cortar (al hilo caliente) y de tallar, por lo que es especialmente útil para este tipo de aplicaciones modelísticas.
Documentación y despiece del viaducto
Como es normal, la primera fase de la documentación y diseño. Debemos conseguir las fotografías que nos sirvan de modelo y realizar el diseño de nuestro viaducto. Para ello deberemos tener en cuenta su ubicación final, ya que determinará las dimensiones del mismo.
Con toda esta información, procedemos al despiece de los distintos componentes que formarán la estructura del viaducto. En este punto debemos fijarnos en las partes salientes, que realizaremos con piezas estrechas ligeramente más anchas que la estructura base, así como buscar la forma más sencilla para montar la estructura final.
Se optó por desarrollar cada arco de forma independiente, con los pilares por separado. De esta forma las piezas son más fáciles de cortar, tallar y manipular.
Para cotar las piezas se emplea una cortadora de porex artesanal. Una herramienta muy fácil de fabricar e imprescindible si se trabaja con este material con cierta frecuencia. También podemos encontrarlas a nivel comercial en tiendas especializadas.
Conviene hacer unas pruebas de encaje para confirmar que todo está correcto antes de continuar con el proceso.
Tallado de las piedras
Una de las ventajas de un material como el poliestireno extruido es la facilidad con la que podemos tallarlo. Con un regla de metal y un bolígrafo (o lapicero romo) nos será suficiente para crear las distintas hileras de mampostería tan caracterísicas de este tipo de estructuras.
Es un trabajo algo tedioso, pero relativamente sencillo de ejecutar. Es el momento del armarse de paciencia modelística.
Un aspecto importante a considerar es el tamaño de las piedras. Conviene analizar con calma el tipo y tamaño de la mampostería que vamos a reproducir, para poder conseguir un resultado acorde. En mi caso, realizo unos trazos en el esquema en papel del viaducto para encontrar el efecto correcto, antes de plasmarlo en las piezas de poliestireno.
Montaje de las piezas
Una vez que tenemos todas las partes de la estructura grabadas, el siguiente paso es la unión y pegado de las piezas.
Es importante recordar que el poliestireno extruido debe pegarse con un adhesivo específico para este material. Son fáciles de encontrar en diversos comercios especializados, como tiendas de modelismo o ferreterías.
Los pegamentos con solventes orgánicos atacan este tipo de material con mucha facilidad, por lo que conviene tener mucha precaución con esto.
Con toda la estructura montada hacemos una prueba de carga, más por curiosidad que por necesidad.
– Un ladrillo macizo…. ¡qué bien aguanta!
– Pues ponle el yunque, a ver qué pasa.
Como ves, el viaducto aguanta perfectamente un peso considerable sobre él.
¡Prueba superada!
En nuestro caso, decidimos montar el viaducto encajado en una estructura de contrachapado en forma de U. Esto nos permite manipularlo más fácilmente y dar rigidez a la construcción. Posteriormente se integra en el hueco previsto de la maqueta en este mismo bloque.
Se añaden los estribos y muros laterales y de contención que completan la obra de mampostería de nuestra instalación.
Pintura del viaducto
Llega una de las fases más críticas del proyecto: la pintura.
Es el momento de convertir un trozo de poliestireno, por muy trabajado que esté, en una auténtica construcción en miniatura. Tenemos que conseguir engañar al ojo con un resultado lo más realista posible.
Como siempre, el primer paso es observar. Visitar y estudiar al detalle la estructura que queremos recrear es imprescindible. De aquí, sacaremos los tonos adecuados para nuestro trabajo.
El primer paso es decidir el color base. En nuestro caso será la imprimación Dark Yellow de Ammo MIG Jimenez, que aplicamos con aerógrafo sobre toda la maqueta.
Sobre esta base, se van añadiendo nuevas tonalidades a pincel en piedras concretas. El objetivo es conseguir una variedad cromática que elimará ese efecto tan plano e irreal que da un color liso. Utilizamos acrílicos de Vallejo, que vamos mezclando y empleando de forma casi aleatoria.
El siguiente paso es “fusionar” toda esa carta de colores en un gama cromática más natural. Esto se consigue aplicando nuevamente el Dark Yellow con la técnica del pincel seco.
Para terminar, la llaga de cemento entre las piedras la recreamos empleando un pigmento color hormigón, que mezclamos con agua para hacer una pasta. Esta masilla se aplica mediante una esponja. El exceso sobre las piedras simplemente se va limpiando con un paño húmedo.
Últimos detalles
Una vez damos por finalada la fase de pintura, ya sólo nos queda poner los últimos detalles. En este caso hemos colocado, por supuesto, la doble vía prevista y una barandilla a cada lado.
Con esto, y la posterior integracióndel viaducto en el resto de la maqueta, nuestro trabajo queda terminado.
¿Qué te parece el resultado? ¿Alguna duda? ¡¡No olvides dejar tu comentario al final de esta página!!
Deja una respuesta